La apendicitis es especialmente peligrosa para los niños de entornos con recursos limitados como Uganda, donde son frecuentes los retrasos en el diagnóstico y el tratamiento debido al acceso limitado a la atención sanitaria, los medios de diagnóstico y los cirujanos. Estos retrasos aumentan el riesgo de rotura del apéndice, que puede provocar infecciones graves, estancias hospitalarias más largas e incluso la muerte.
Sus generosas donaciones cubrieron la intervención quirúrgica de Irene, el transporte, el material médico y los cuidados postoperatorios, garantizando que recibiera el tratamiento crítico que necesitaba. Apoyando casos como el de Irene, podemos seguir prestando atención quirúrgica urgente a niños necesitados y salvar más vidas.