Superar lo imposible: Mi viaje al XNRG Tring Ultra
Alerta de spoiler: voy a hacerlo otra vez... ¡y tú también deberías!
En primer lugar, permítanme que me remonte a septiembre de 2016, cuando era incapaz de caminar 50 metros desde la puerta de mi casa hasta el final de la calle. La idea de ser capaz siquiera de participar en una Ultra de 50 km era, por tanto, lo último que se me pasaba por la cabeza...
... avance rápido 7 años y (con mucho dolor) finalmente crucé la línea del XNRG Tring Ultra. "¿Por qué iba alguien a hacer esto más de una vez?". exclamé, luchando por contener las lágrimas inesperadas mientras cruzaba la línea... "¡Volverás!" respondió una señora con una sonrisa irónica mientras me entregaba una medalla, mientras escribo esto - estoy a un solo clic de inscribirme en la XNRG Tring Ultra 2024 - ¡creo que tengo que admitir que tenía razón!
Por qué me he apuntado a otra Ultra de 50 km
- Fue una experiencia increíble, tan bien preparada y apoyada por XNRG y su increíble equipo de voluntarios (¡gracias a todos!)
- TODOS fueron muy amables y nos animaron durante todo el día.
- La ruta es magnífica y atraviesa algunas zonas impresionantes de Chilterns.
- Los alegres puestos de control eran auténticos festines: no se pierda la tarta de piña.
- Y no hay que olvidar la sensación de logro.
Al principio no me había dado cuenta del viaje emocional que iba a suponer. Me supuso un reto a todos los niveles, tanto mental como físico, y me enseñó cosas sobre mí misma que no esperaba. No solo por mi viaje: tener que reconstruir mi forma física a partir de casi nada en 2016; sino también porque hay tramos del día en los que, por tu cuenta, tu mente intenta derrotarte identificando cualquier pequeña molestia y tratando de convertirla en una excusa para abandonar.
El poder de la comunidad: Apoyo del equipo XNRG
Sin embargo, desde el principio, cuando la emoción se mezcló con la preocupación por no haber entrenado lo suficiente, el equipo de XNRG nos apoyó de verdad en todo momento. La entretenida sesión informativa, junto con el cartel motivador "don't be sh*t" (no seas mier*da), hizo que la gente empezara el día de buen humor y charlando durante los primeros kilómetros hasta el canal. No tardamos en llegar al primer punto de control, donde nos dieron una calurosa bienvenida con deliciosos tentempiés. Algunas colinas y bosques vieron pasar a los corredores, entre vítores y "choca esos cinco" mientras cada uno se acomodaba a su ritmo. Y entonces llegó el punto de control 2, con más comida fabulosa y alabanzas a raudales; y la ruta de vuelta para los de los 25 km.
Cruzar la línea de meta: Una oleada de emociones y logros
Los demás volvimos al canal y subimos por Ashridge, observados con curiosidad por los ciervos. Entonces, como por arte de magia, apareció el punto de control 3: anunciando todas las llegadas con campanas de ánimo y alimentos muy necesarios. Continuamos hasta Ivinghoe Beacon, con sus espectaculares vistas, y a lo largo de la cresta hasta el punto de control 4, con su señal motivadora y sus voluntarios, que nos inspiraron para convertir los últimos 8 km en sonrisas. Y finalmente, aunque fui una de las últimas en regresar, crucé la línea de meta entre vítores y aplausos -con té y tarta a mano (por si acaso, aún no había comido suficiente)- y un torrente abrumador de emociones: alegría, dolor, orgullo y mucho, mucho más.
Fue una experiencia increíble, y si yo pude hacerlo, ¡seguro que tú también puedes!
Así que venga, apúntate -apoyarás al mismo tiempo la increíble labor de Humanity Direct- y espero conocerte en septiembre.
Steve Sinden, 29 de agosto de 2024